Tu corazón y otro más que te descubrimos
Caminar o hacer cualquier tipo de actividad física es saludable para nuestro sistema cardiovascular ya que el sistema vascular necesita de la acción muscular para que avance la circulación sanguínea.
El «segundo corazón» de tu cuerpo es la musculatura de tu pantorrilla
El movimiento muscular de las piernas es el factor fundamental que provoca en gran medida el flujo de retorno de la sangre venosa desde los miembros inferiores al corazón. De entre toda nuestra musculatura de las piernas, principalmente los responsables de esta acción son los músculos de las pantorrillas por lo que reciben principalmente esta musculatura el nombre de Bombas impulso-aspirativas de los miembros inferiores.
Diferencias entre tu corazón y tu «segundo corazón»
El corazón bombea, de forma continua y refleja, la sangre en la circulación arterial para que vaya fluyendo hasta los tejidos. Sin embargo, una vez que se inicia la circulación de retorno por las venas, el latido del corazón llega muy atenuado, y no es estímulo suficiente para que la sangre arterial circule de vuelta hacia el corazón.
El segundo corazón o bomba muscular de la pantorrilla, es el que ayuda como estímulo para que nuestra circulación arterial circule de retorno.
El problema principal y más importante problema es que es voluntario, no reflejo, es decir, que lo tenemos que poner a funcionar nosotros, mediante el movimiento (caminando o mediante ejercicios).
Problemas ocasionados por la falta de movimiento muscular
Una actividad cotidiana habitual (pasear, hacer tareas en casa, trabajar…), generará el movimiento de las piernas y será estímulo suficiente para garantizar una buena circulación de retorno.
En personas con una movilidad reducida, ya sea por problemas de salud, lesión, hospitalización o vida sedentaria excesiva necesitan hacer de forma específica gran cantidad de ejercicios que activen esta musculatura o aumentan de forma exponencial el riesgo de sufrir síntomas como hormigueos, hinchazón, piernas cansadas, enfermedades relacionadas con el mal retorno venoso, como trombosis, el ‘síndrome de la clase turista‘ y favorece otros problemas como varices, arañas vasculares o insuficiencia venosa crónica, entre otras.
Ayuda a tu «segundo corazón» con sencillos ejercicios
- Puede caminar rápido o simplemente pasear al menos 30 minutos al día.
- La práctica de ejercicio habitual moderado como bicicleta, nadar, Yoga o deportes más activos si no tiene limitaciones físicas.
- Realizar ejercicios de tobillo sencillos y muy útiles. Estando sentados o tumbados, hacemos flexiones y extensiones de tobillo, similar al que se hace en las máquinas de coser antiguas. Siempre con las piernas algo dobladas, porque así el movimiento de los tobillos será más amplio que si lo hacemos con las piernas estiradas. También podemos hacerlo estando de pie: ponernos de puntillas y mantener unos segundos, y luego volver lentamente a la posición inicial. Esto genera una fuerte contracción en los gemelos, que es lo que buscamos para provocar el bombeo sanguíneo hacia el corazón.
- Sentado en una silla, y manteniendo los talones juntos, juntar y separar la punta de los pies.
- Acostada puedes elevar las piernas con la rodilla flexionada y simular el movimiento del pedaleo de bicicleta.
- Acostado con las piernas estiradas, levanta una pierna y dibuja con la punta del pie círculos en el sentido de las agujas del reloj, dejando la otra pierna estirada en el suelo, alternando de pierna cada 10 o 20 veces.
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