Las úlceras son heridas crónicas que surgen, principalmente, en las extremidades inferiores de los pacientes. Su origen puede ser arterial (por isquemia o por hipertensión arterial), venoso/linfático, y de origen mecánico, por presión. Pero en la gran mayoría de las ocasiones (en torno a un 80%), estas úlceras están provocadas por una insuficiencia venosa que reciben el nombre de úlceras varicosas. También pueden aparecer tras haber padecido una trombosis venosa profunda.
Su aspecto externo las delata, de modo que prácticamente con una exploración física podemos diagnosticar su presencia. Sin embargo, en algunas ocasiones es necesario realizar algunas pruebas para determinar que efectivamente nos encontramos ante una úlcera de carácter varicoso: como pudiera ser el caso de una flebografía con contraste o un estudio eco-doppler, que consiste éste en una ecografía para observar concienzudamente las venas, medir los flujos sanguíneos y detectar las posibles fugas.
Las úlceras de carácter varicoso se manifiestan mediante heridas o úlceras de poca profundidad, las cuales se producen cuando las venas de las piernas del paciente no devuelven la sangre al corazón correctamente. Existe en ellas un estancamiento de la sangre en las pequeñas venas, que producen compresión de los capilares arteriales de la piel, lo que provoca una disminución del aporte de oxígeno que puede conducir a infarto de éstas células y se produce entonces la úlcera u orificio de la piel y que dificulta los mecanismos de cicatrización.
Cuando se produce una insuficiencia venosa, las válvulas en las venas resultan dañadas. En condiciones normales, estas válvulas son las encargadas de que la sangre fluyan hacia el corazón. Pero cuando están dañadas, permiten que parte de la sangre fluya hacia atrás, lo que provoca que las venas se llenen demasiado. El líquido termina filtrándose desde las venas congestionadas hacia los tejidos circundantes y esto da lugar a la descomposición del tejido. Lo que termina resultando en esas úlceras venosas de la piel.
Además de la presencia tan molesta de las heridas en la piel, existe otra sintomatología relacionada con las úlceras varicosas:
- Justo antes de la aparición de la úlcera propiamente dicha, los pacientes suelen presentar piel endurecida y tendente a color rojo oscuro o marrón, además de picazón y sensación de hormigueo.
- Calambres.
- Sensación de cansancio crónico.
- Dolor y sensación de pesadez en las extremidades inferiores.
- Hinchazón de las piernas.
- Sensación de que las molestias empeoran al permanecer tiempo sentados.
La mayoría de las úlceras varicosas se desarrollan a ambos lados de la parte inferior de la pierna, pero sobre todo en la cara interna de la pierna, por encima del tobillo y debajo de la pantorrilla. La parte más cercana al tobillo suele ser la zona de más común aparición de estas heridas.
Factores de riesgo
Como ocurre con otro tipo de patologías, no existe una relación causa-efecto de un único elemento determinante en la aparición de las úlceras varicosas. Pero sin lugar a dudas algunos factores son más determinantes que otros a la hora de que este problema surja, y están relacionados con los factores de riesgo para la insuficiencia venosa crónica:
- Edad avanzada y procesos de envejecimiento (inevitable desgaste de las válvulas)
- La población femenina cuenta con mayor probabilidad de aparición de úlceras varicosas (los cambios hormonales en los embarazos y en la menopausia pueden afectar negativamente en este sentido)
- Los tratamientos hormonales (como la píldora anticonceptiva) aumentan las probabilidades.
- Condicionantes genéticos o antecedentes familiares.
- Obesidad y deficiencias nutricionales en la alimentación.
- Presencia de Diabetes Mellitus Tipo 2 (muy relacionada ésta con la obesidad)
- Hábitos de vida muy sedentarios en los que se pasa demasiado tiempo sentado sin cambiar de postura.
- Historial de tabaquismo.
- Hipertensión venosa post trombosis venosa.
El tratamiento definitivo y certero de las úlceras de origen varicoso, pasa por solucionar la hipertensión venosa que provocan las varices mismas, es decir eliminar las varices que la provocan, ya sea de manera quirúrgica o el que nosotros proponemos en Clínica Madrid Vascular, sin cirugía mediante la microespuma M.E.M.
De manera simultánea debe realizarse curas diarias y puede optarse también por otras terapias como la de oxígeno en cámara hiperbárica.
Y como piedra angular del tratamiento es de importancia primordial el uso de terapia compresiva (medias de compresón) sobre todo en los pacientes con secuelas de trombosis venosa profunda.
Tratamientos personalizados
Realizamos tratamientos totalmente personalizados, por este motivo al acudir a nuestra consulta, de forma totalmente gratuita, analizaremos su caso y escucharemos detenidamente tus necesidades, para más tarde ofrecerle el tratamiento o conjunto de ellos más adecuados para solucionar sus problemas.
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